Si crees que es difícil, al menos da el primer paso e inténtalo

 

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Supongo que alguna vez te habrá sucedido que al leer un libro o algún texto sobre un tema que te gusta, has tomado conciencia de algo importante y te ha hecho reflexionar. A mi me pasa constantemente. Sin ir más lejos, ayer leyendo un libro me inspiró un fragmento que hablaba sobre la gran cantidad de personas que elijen quedarse en la misma situación de siempre, la cual les frustra y no les llena de felicidad, mientras por dentro de sus cabezas constantemente les viene la idea de como sería su vida si llevaran a cabo ese proyecto o sueño tan deseado. Me vino a la cabeza lo duro que tiene que ser para una persona llegar a un momento de tu vida, echar la vista atrás y darte cuenta que pudo haberlo intentado y no lo hizo. Quizás le quede esa sensación de vacío, impotencia, y frustración de que quizás ya es demasiado tarde para planteárselo de nuevo, o simplemente de que han pasado tantos años viviendo una vida que no le pertenecia. Hoy estoy aquí para compartir contigo que nadie debería arrepentirse de no haber echo algo que la propia vida le estuvo pidiendo.

Tengo la firme creencia de que todos tenemos algo que aportar a este mundo, algo diferente y genuino que hará que el mundo sea un poco mejor cuando nos vallamos de él. Me niego a creer que venimos a este mundo, pasamos por el y nos vamos, y todo el proceso sea solo un proceso físico, tangible y sin distinción. Creo en que vivir es precisamente eso, vivir. Y mucha gente no vive, simplemente sobrevive. Se adapta al guión establecido y cuando se le pasa algo por la cabeza que rompe ese guion enseguida lo apartan del camino. Eso que se te pasa por la cabeza y que muchas veces te saca una sonrisa de felicidad momentánea, es lo que en mi opinión define tu existencia en este mundo. Es algo así como conectar con tu verdadero yo, el más puro, para dejar un legado.

Hay dos motivadores de cambio en las personas. El dolor, y el placer. Cambiamos para evitar el dolor, o por encontrar el placer. Y curiosamente, ¿sabes cual de los dos predomina más en los cambios?. El dolor. Es paradógico, pero es así. Se consiguen más cambios por evitar molestias e incomodidades que por encontrar la paz y la alegría. Mucha gente pide ayuda cuando el dolor es tan agudo que ya no pueden aguantar más, pero poca gente pide ayuda para crecer y alcanzar lo que les motiva. Esto se debe a que nuestro cerebro no está preparado para darnos las facilidades para ser felices, sino que está diseñado para aportarnos lo necesario para sobrevivir, para no morir. Y por este motivo, actúa en modo huída en lugar de en modo acción. Huye de los peligros, intenta evitarlos a toda costa. De ahí que aunque a mucha gente se le despierte la idea que le llevará al placer, no van a por ello. Se quedan estáticos mientras pasan los días, porque lograr el placer requiere acercarse al dolor. Y solamente cuando el dolor es demasiado intenso, éstas personas deciden cambiar.

No hay victoria sin sufrimiento. No hay éxito sin fracaso. No hay verdadero placer sin dolor. Los placeres sencillos y fácilmente accesibles no son los verdaderos placeres, las grandes alegrías.

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Si te sientes identificado con la persona que no va a por lo que realmente desea, hazte la siguiente pregunta. ¿Qué estás dejando de ganar?. La respuesta subyacente es el placer. Todo aquello que estás dejando de ganar es lo que te va a proporcionar la verdadera felicidad. Y ahora hazte otra pregunta, ¿merece la pena no intentar ir a por ello?. En mi opinión no, descaradamente no.

Yo prefiero perder muchas cosas en el camino, pero quedarme con la sensación de que no me he dejado mi sueño por conquistar. Podré no conquistarlo, pero nadie me quitará el gozo y la grandísima satisfacción de haber iniciado el camino. De todo lo que puedes perder por intentarlo, todo se puede recuperar excepto el tiempo empleado. El dinero lo puedes recuperar, las relaciones las puedes recuperar (aunque cuando pierdes o te distancias de alguna persona en el camino hacia tus sueños suele ser porque esa persona no tenía que estar ahí), la salud la puedes recuperar (aunque independientemente de tu sueño, la salud no debería verse mermada en exceso), lo material lo puedes recuperar, incluso el tiempo aunque no lo puedas recuperar, obtienes el aprendizaje y la experiencia que te ha dado toda la inversión de tiempo para aplicarlos en el futuro. Aquello que pierdes no es lo suficientemente doloroso como para plantearse no intentarlo.

Prefieren seguir haciendo las mismas cosas que probar algo nuevo. Prefieren asumir y aceptar su situación de vida actual que tomar decisiones para cambiarla. Prefieren pensar en pequeño a permitirse soñar. Prefieren desconfiar de todo antes que abrirse a lo desconocido. Prefieren comprar la vida que tienen en lugar de invertir en una vida mejor. Porque su gran motivación es alejarse del dolor. Pero para alejarse del dolor acaban por sentir el dolor, en forma de frustración y tristeza. Seguro que conocerás a alguna persona que han seguido el guion de vida que supuestamente debían seguir, y cuando lo han cumplido a la perfección, te das cuenta que no son felices, no lo son. Siguen sufriendo por sus vidas y sus circunstancias. Algunos toman conciencia y empiezan a cambiar. Otros directamente, a mi parecer, aceptan el dolor como parte de sus vidas.

Cada uno decide que vida quiere vivir. Los que nos guiamos en el terreno del Desarrollo Personal somos ambiciosos. Pero una vida sencilla y tradicional también puede ser digna de ser vivida. Lo que he querido transmitirte en este post es la importancia de al menos, intentarlo. Intentar conseguir alguno de esos sueños que te despiertan una sonrisa y te hacen removerte por dentro. Tienes toda mi admiración si has hecho algo para acercarte a alguno de tus sueños. Para mi ya eres un triunfador/a.

Un gran abrazo y hasta pronto.

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