Pregúntate a ti mismo

 

 

19

¿Qué te dices a ti mismo/a cuando te miras al espejo?, ¿De qué manera te defines?, ¿Qué opinión tienes de ti mismo/a, de tu aspecto físico, de tu forma de ser, de tus logros?, ¿Te resulta sencillo o complicado responderte a estas preguntas?

Una de las áreas fundamentales para el crecimiento personal es el autoconocimiento. Conocernos mejor a nosotros mismos es primordial para decidir qué hacer con nuestra vida. Y para obtener respuestas sinceras y acertadas debemos hacernos buenas preguntas. Una buena pregunta va seguida de unos segundos de silencio donde por nuestra mente se mueve un torrente de reflexión y nuestras emociones hacen su trabajo. Tras este silencio, llegan las respuestas y con ellas las tomas de conciencia.

Pregúntate a ti mismo/a lo mismo que le preguntarías a alguien a quien quieres mucho y quieres ayudar a mejorar. Hazte preguntas que nadie te haya hecho nunca. Vé al fondo del asunto, directo a tu zona más íntima. Escribe las preguntas y luego dilas en voz alta, grábalas o simplemente déjalas a nivel mental. Cada uno tenemos nuestro mejor canal para formularnos preguntas.

Y escribe las respuestas. Éstas respuestas son información valiosísima. Hay que ver el valor que le damos a algunas cosas materiales, y el poco valor que le damos lo intangible. Lo intangible nos va a devolver información y la información es poder, porque nos hace tomar mejores decisiones y en consecuencia obtener mejores resultados. Así que analiza tus propias respuestas y hazte nuevas preguntas, ¿qué he aprendido de esto?, ¿qué dicen éstas respuestas de ti?, ¿qué respuestas cambiarías?, ¿Qué otras respuestas te gustaría ver?

Nuestras respuestas inconscientes crean los resultados conscientes de nuestra vida. Tal y como nos tratamos a nosotros mismos nos van a tratar otros, porque les estamos dando la información para que ellos actúen en consecuencia.

19-1

No olvides que lo que tú creas sobre ti mismo es solo eso, nada más. Es tu creencia o mejor dicho tu autocreencia. No eres aquello que crees. Y si no prueba a hacerte preguntas potentes y verás si cambia tu creencia. Lo que tú crees de ti mismo/a es una opinión subjetiva en base a información limitada y sin fundamento. Si indagas más al fondo de tu ser, te darás cuenta que eres mucho más, que puedes ser quien tu quieras. Que puedes conseguir cambiar muchas cosas de ti porque todo en este mundo puede cambiar si se aplican las acciones correctas.

Las etiquetas que nos ponemos son simples carteles, pero no nos definen. Piensa un poco ¿de donde viene esa etiqueta?, ¿qué o quien te ha influenciado para que creas en esa etiqueta?, ¿porqué esa etiqueta y no otra, y sobre todo, ¿de que manera te está condicionando esa etiqueta?

Tú no eres feo o guapo, listo o tonto, tímido o extrovertido, solitario o gregario. No eres nada de eso porque todo eso son estereotipos que se han ido formando desde hace mucho años por una suma de opiniones subjetivas. Tienen mucho poder pero eso no quiere decir nada. ¿Acaso no hay hombres o mujeres “feos” que transmiten belleza?. Las etiquetas no son fijas, son moldeables y se pueden cambiar, y tú eres la persona adecuada para hacerlo.

Por esto debemos cuestionarnos todo aquello que puede limitarnos y analizar de qué forma podemos cambiarlo para que te potencie. Y para eso vas a tener que hacerte muchas preguntas y responder sinceramente. Todos tenemos un yo interior cubierto de capas de limitaciones. Ese verdadero yo interior es el ser más extraordinario y verdadero que existe. Solo tenemos que preguntarle para que vaya destapando todo lo que le tapa.

Espero que te haya gustado esta reflexión tanto como a mí. Seguimos haciéndonos preguntas con mucho sentido. Un fuerte abrazo.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: