Las fantásticas consecuencias del pensamiento positivo

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Existen grandes diferencias entre personas que se toman la vida con optimismo y las que se siempre tienen un motivo para pensar que algo malo puede. Son como dos bandos opuestos que conviven en la misma zona, que no luchan entre ellos pero que si que participan en una lucha interna y personal, unos para crecer personalmente y crear oportunidades, y otros para autoflajelarse y escudarse en una supuesta trinchera que les protege pero que a la larga, sin duda alguna acaba atrapándoles. Hablamos de personas optimistas o pesimistas.

Lo que diferencia a unos y a otros, entre muchos factores, es la confianza. La confianza no es neutra, es decir, siempre se posiciona. O se tiene confianza, o no se tiene, pero no se tiene confianza a medias, o un poco de confianza, porque la diferencia se llena con desconfianza. ¿Qué te transmite una persona que confía en ti a medias? ¿Cuál puede ser el resultado de un proyecto en el que la confianza entre sus miembros no es plena? Se sincero/a. ¿Qué tipo de sensaciones te llegan cuando piensas en la confianza con matices o condiciones?

Lo mejor y lo peor del pesimismo o el optimismo son, sin duda, sus consecuencias. Las consecuencias de ser optimista son fantásticas, salvo cuando te equivocas y aquello que pensabas que iba a ser bonito se vuelve triste. Pero aún en estos casos, los optimistas tenemos una gran herramienta, el aprendizaje. Si algo no sale bien, aprendemos de ello. Y aprender siempre és positivo. De igual manera, las consecuencias del pesimismo son terribles en cualquier aspecto.

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Alguien me dijo en una ocasión que la persona optimista vive permanentemente en un estado de alegría, y cuando llegan los golpes, los encaja con alegremente porque genera motivos por los que seguir y sobreponerse. Sin embargo, la persona negativa vive permanentemente en un estado de desconfianza, miedo y rechazo, e incluso cuando llegan buenas noticias, se impide disfrutarlas con plenitud debido a la remota posibilidad de que algo salga mal.

A modo de síntesis, vamos a describir las consecuencias que tiene adquirir una actitud positiva y optimista, una actitud de permitirnos tener pensamientos positivos. Si quieres saber cuáles serían las consecuencias de ser pesimista, solo tienes que buscar la parte opuesta. Nosotros preferimos centrarnos en lo positiva.

Una actitud positiva tiene las siguientes consecuencias fantásticas:

  • ALEGRIA – el positivismo hace que nuestro estado anímico sea alegre, sonriamos más, y estemos más dispuestos a la diversión.
  • OPORTUNIDADES – creer en que algo bueno está por venir hace que prestes más atención a tu entorno. Son numerosos los ejemplos de personas que han tenido éxito por ver una oportunidad y creer en sus consecuencias positivas.
  • SALUD – hay multitud de estudios científicos que demuestran que los pensamientos positivos son beneficiosos para el organismo. Efectos como la disminución del riesgo de depresión, fortalecimiento del sistema inmunológico, mejoras en la salud cardiovascular, e incluso aumento de la longevidad son consecuencia de los pensamientos positivos.
  • SOLUCIÓN DE PROBLEMAS – las personas que se enfocan en lo positivo son mucho más propensas a encontrar soluciones a los problemas, porque ponen su energía en la solución y no en el problema en sí.
  • MEJORA DE LAS RELACIONES – el mundo de las relaciones personales es un mundo difícil. Pero bien es cierto que pensar en las bondades de la gente, y no guardar rencor hacia ellos provoca que nuestras relaciones mejoren.
  • APRENDIZAJE – ya hemos hablado de esto. La capacidad de encontrar un aprendizaje en cualquier situación de nuestra vida es en esencia pensamiento positivo. Y lo mejor de esto es el aprendizaje en sí, porque siempre podremos utilizar el aprendizaje para seguir creciendo.
  • CREATIVIDAD –Imaginar otras posibilidades donde aparentemente no hay. Al pensar en positivo vemos más allá de lo establecido, creamos alternativas.
  • ENERGÍA y VITALIDAD – levantarse de la cama con energía cada mañana es fruto de muchos factores internos y externos. Y los pensamientos positivos son uno de ellos. Creer que hoy puede ser un gran día te recarga de energía al instante.
  • DISMINUCIÓN DE LOS MIEDOS – hay muchos tipos de miedo, pero la raíz de los miedos son pensamientos negativos auto destructores a nivel subconsciente o consciente. Cambiar el tipo de pensamientos aumenta la probabilidad de dominar los miedos.

Seguramente existan muchos más beneficios de los pensamientos positivos. Os animamos a dejarnos vuestros comentarios para alargar esta lista de fantásticas consecuencias.

No quería cerrar este post sin una reflexión que a mí me marcó cuando la leí en el libro “Aunque tenga miedo, hágalo igual” de Susan Jeffers.

“Si pensar en positivo trae felicidad, y pensar en negativo no, ¿porqué no escoger ser feliz?”

Gracias por estar ahí siempre. Un gran abrazo.

 

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