El mayor poder que existe

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Hace tiempo escuché a un gran conferenciante una frase que me impactó y desde entonces se ha quedado conmigo para siempre: “La máquina más potente, capaz de crear cosas inmensas, capaz de cambiar el mundo y a los seres que en él habitan, esa máquina es el cerebro humano”.

Resulta paradójico y a la vez excitante pensar que una masa sólida de un tamaño más bien pequeño pueda albergar tanto poder. Y hablo de poder porque todo lo que existe en nuestro mundo a excepción de lo que se puede asignar a la madre naturaleza, todo lo demás es obra y creación de los seres humanos, y en consecuencia de ideas y pensamientos que surgieron en un cerebro.

Ese mismo conferenciante dijo también que “Todo lo físico se crea previamente en el plano de lo no físico”, otra gran lección. Es decir, cualquier elemento físico fue previamente creado en el cerebro de alguien.

Bien pues a pesar del gran potencial que tiene un cerebro, he de destacar algo muy impactante para mí, y es que el cerebro humano está muy lejos de ser una “máquina perfecta”. A pesar de lo que és capaz de crear en la realidad, tiene muchos fallos e imperfecciones.

El cerebro no es autosuficiente en cuanto a que su potencial depende mucho más de su entorno que de sus propias capacidades. ¿Y como es que algo que puede crear (y destruir también, no lo olvidemos) la realidad que tenemos, puede al mismo tiempo ser tan dependiente de lo externo, de lo que sucede fuera en la realidad?. Bien pues porque como toda materia viva, nace y evoluciona a lo largo del tiempo, el entorno es el que proporciona esta evolución.

El potencial de un cerebro va a depender mucho de como asimile las experiencias de vida que le han ido sucediendo a lo largo de su vida. No quiero meterme en un terreno complejo y muy técnico como es la neurociencia, la psicología u otras ciencias. Solo quiero recalcar que las experiencias y vivencias de un ser humano desde el nacimiento, pasando por la niñez y la adolescencia, van a forjar el potencial de su cerebro a su edad adulta.

Cada día desde su nacimiento, un cerebro humano recibe miles de impactos llegados desde el entorno que van a darle forma y van a definir el potencial de la mente del futuro ser humano. Dependiendo de los impactos que reciba, de su bondad o su desgracia, de su benevolencia, su crueldad o su neutralidad, se irán creando caminos neuronales y conexiones cerebrales que darán forma a esa compleja y a la vez maravillosa estructura cerebral.

La consecuencia de todo esto es que los seres humanos somos el resultado de nuestras experiencias de vida, las cuales han dado forma a nuestro cerebro. Nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestras habilidades, nuestro potencial, incluso nuestro propio “ser” han sido creados con la suma de los miles de impactos diarios que ha recibido nuestro cerebro.

Que gran noticia y qué gran aprendizaje. Encontrar sentido a lo que somos mirando hacia atrás en el pasado y encajando las piezas. Si reflexionas sobre alguna habilidad que te caracteriza probablemente puedas relacionarla con alguna experiencia en tu vida pasada. Si eres una persona extrovertida probablemente en tu vida pasada tu entorno te puso las circunstancias para que te expusieras a otras personas, y si eres una persona que tienes dificultades con la comida probablemente en tu pasado viste y experimentaste algo relacionado con eso, en ti mismo o en otras personas de tu entorno.

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Para mi, encontrar una relación entre lo que soy hoy y lo que sucedió en el pasado es muy liberador y revitalizante. Muchas veces nos perdemos en las consecuencias porque no nos gustan, nos centramos y nos focalizamos en los resultados cuando si reflexionamos en las causas podemos encontrar un sentido y liberarnos de culpas y responsabilidades. Encontrar un sentido no es sinónimo de satisfacción y de soluciones, pero si que le da sentido al conjunto y desde ahí podemos tomar mejores decisiones.

En los últimos años han proliferado disciplinas como la PNL, la hipnosis, las constelaciones, la psicoterapia, la biodescodificación y otras muchas más que nos proporcionan las herramientas para analizar el camino que ha seguido nuestro cerebro, y poder retocar las partes de ese camino para desarrollar mayor potencial en el presente. Es decir, podemos hacer ajustes en nuestro cerebro. Que gran noticia amigos.

Y ahora que sabes que tu realidad es producto de tu pasado, pero que no eres exclavo de tu pasado, ¿Qué cosas en tu vida tienen ahora más sentido?, ¿Cómo relacionas quien eres con como has crecido y vivido?, ¿Qué cosas cambiarías y que no cambiarías?, ¿Cómo te sientes al pensar en ello?, ¿Merece la pena cuidar y ejercitar la máquina más potente que existe y que todos tenemos en nuestras cabezas?

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