6 ejercicios para superar inseguridades

45-1

Buenos días! Espero que estés genial y que el año haya arrancado cargado de ilusiones y objetivos retadores para ti. Muchas personas en esta segunda semana del año ya están perdiendo fuerza con respecto a sus propósitos, espero que no sea tu caso. Y es que en mi opinión, el cambio de año es un buen momento para sacar conclusiones y replantearse nuevos retos, pero puede ser engañoso debido a que la navidad idealiza el momento. Soy optimista por naturaleza, pero creo que el optimismo tiene que salir de dentro de ti cada día, y no que te venga de fuera por una etapa de ilusión generalizada.

En gran medida, detrás de un objetivo no conseguido ha habido algún tipo de miedo. Piénsalo, si te has propuesto salir a correr 3 veces por semana y solo has salido 1 vez, puede ser por estos dos motivos: Has elegido hacer otras cosas cuando tenías que salir a correr, o cuando a llegado la hora salir a correr te ha vencido la pereza o la desgana. En ambos casos has elegido quedarte en tu zona de confort, donde estás cómodo con tu rutina habitual, donde estás seguro sin correr riesgos. Donde te sientes seguro hay miedo, no es un miedo aterrador que te paraliza, sino que es un miedo a nivel subconsciente.

Por eso en el post de hoy te traigo un post práctico, para que te lleves alguna clave para poder implementarla en tu vida y que empieces a darte cuenta de que miedos te están impidiendo avanzar hacia tus objetivos.

Son 6 ejercicios sencillos, para reflexionar. Los he sacado del libro de Susan Jeffers, Aunque tenga miedo hágalo igual, un gran obra para conocer el sentido que tienen los miedos en nuestras vida.

Solo con que pongas en práctica uno de ellos seguro que avanzarás hacia la superación de tus miedos e inseguridades. A por ello!

  1. Haz una lista de todos los resultados que te produce atascarte en algún aspecto de su vida. ¿Qué es lo que no quieres afrontar?, ¿Qué es lo que no quieres hacer que si lo hicieras supondría un avance?, ¿qué consuelo o beneficio logras si no lo haces? Tienes que ser lo más sincero posible contigo mismo. Cuando tomes conciencia de lo que estás haciendo, desecharás automáticamente buena parte de tu conducta mecánica viciada. Te guiarás a tí mismo en vez de ser guiado.
  2. Toma conciencia de todas las alternativas que se te presentan. Cuando te veas enfrentado a una situación difícil, siéntate y escribe en una libreta todas las maneras posibles de actuar y de sentir al respecto. Empezarás ver cómo puedes cambiar tu punto de vista y, por tanto, tus sentimientos a partir de tu voluntad. Cada vez que te sientas frustrado, toma conciencia de las alternativas que se te ofrecen. Vuelve a encararlas como un juego. De ningún modo debes reprocharte la circunstancia de estar frustrado.
  3. Comienza a fijarte en lo que dices en tus conversaciones con otras personas. Date cuenta si incluyes muchas quejas sobre otras personas, y si puedes invertir la situación para que te ayude a aprender algo sobre tí mismo. Por ejemplo: Si te das cuenta que estás quejandote porque alguien llega tarde a una cita, puede ser que tomes conciencia de la importancia que tiene para ti el tiempo y que la otra persona no te da. Al quejarte consuelas tu malestar pero no solucionas nada. Quizás lo ideal sea sonreír y hablar de algo entretenido mientras esperas, o contar alguna anécdota graciosa, y así amenizar la espera.
  4. Apunta en una libreta las muchas opciones disponibles para ti que pueden cambiar rápidamente las experiencias desagradables por otras positivas. Usando el ejemplo del retraso de ¿Qué otras opciones tienes? Podrías dejar de citarte con esa persona, llegar más tarde sabiendo que también ella se retrasará, llevar alguna lectura interesante, relajarte. No hay motivo para sentirte irritado. El secreto consiste en no culpar a los demás de tu irritación. Esto no significa disculpar la conducta de los demás, sino, simplemente, no permitir que esa conducta sea la causa de su contrariedad. En toda situación, hay decenas de maneras de variar tu punto de vista. Haz de esto un juego. un juego que se podría llamar «Cambia tu punto de vista». Juégalo con un amigo, con tu pareja o con algún compañero de crecimiento.
  5. Comienza a examinar lo que te ha aportado de bueno eso que has considerado siempre una «mala» situación Por ejemplo: Si aún te duele una separación, comience a desvelar las cosas buenas que le resultará esta separación, tales como nuevas amistades, las nuevas situaciones en tu vida, la libertad, una menor dependencia, etc…
  6. Pásate una semana sin criticar a alguien o quejarte de algo. Te sorprenderá lo complicado que resulta. Cuando dejes finalmente de culpar a otros de tu vida te podrá parecer que no te queda nada de hablar con tus amigos. Quejarse es una costumbre y esa pauta de comportamiento necesita ser sustituida por algo más positivo. Esto requiere mucho tiempo e ingenio, pero resultará mucho más satisfactorio y constructivo.

45-2

Como véras, se trata de buscar siempre el lado positivo de cualquier situación, asumir responsabilidad, y evitar la queja a toda costa. De esta forma te vas a hacer más fuerte a nivel emocional, y tendrás mejores capacidades para superar tus miedos.

Que tengas un gran día. Hasta pronto.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: